Bioquirurgico
- Carlos Arguello
- 11 jun 2016
- 1 Min. de lectura
El desbridamiento bioquirugico, también conocido como larvaterapia, consiste en el uso de larvas estériles (desinfectadas) de la mosca verde Lucilla sericata para eliminar el tejido necrótico.
Ambrosio Pare (1517-1590) fue el primero en reportar que cuando las heridas se cubren de larvas de mosca, esto no resulta dañino para las heridas con necrosis. Posteriormente D.J. Larrey (1766-1842), medicó de la armada napoleónica, observo en el campo de batalla que aquellos que se infestaban por larvas no morían de gangrena, confirmado tales hallazgos. Pero se dice que uno de los pioneros en usar las larvas para el manejo de tejidos blandos infectados fue el medico ruso Nikolay Pirogov (1853-1956) durante la guerra de Crimea.
Todo esto llevo al joven médico William T. Baer, quien constato el beneficio de este procedimiento durante la primera Guerra Mundial, al publicar en 1928 el primer artículo científico sobre el uso de esta novel técnica. Tristemente, la misma década que vio nacer la larvaterapia también la vio morir con el advenimiento de la penicilina y técnicas de asepsia y antisepsia quirúrgicas modernas. Fue hasta 1989 que R. Sherman público de nuevo esta terapia como una alternativa de desbridamiento quirúrgico y al uso indiscriminado de antibióticos, recomendada también para el manejo de heridas de difícil cicatrización. El propio Sherman consiguió que unos años más tarde la terapia se aprobara para la Food and Drug Admnistration (FDA).
Las larvas se producen con calidad médica mediante la desinfección de los huevecillos con diversos antisépticos, de tal manera que cuando oclosionan lo hacen en condiciones de esterilidad, y pueden entonces ser enviadas al clínico para su uso.
Comments